
El sello sevillano Barrett acaba de lanzar la reedición de Los sorias, la monumental y mítica novela del argentino Alberto Laiseca que Ricardo Piglia (autor del prólogo a este volumen) ha calificado como “la mejor novela que se ha escrito en la Argentina desde Los siete locos”.
En sus 1360 páginas narra una guerra fría entre tres dictaduras: Soria (donde todos se apellidan Soria), Tecnocracia (donde todos se apellidan Iseka) y la Unión Soviética. A partir del enfrentamiento entre Personaje Iseka (el protagonista de la novela) y unos hermanos sorias, con los que comparte habitación en un apartamento en la frontera entre Soria y Tecnocracia, se despliega un universo distópico en el que estos tres países se enfrentan entre sí mediante todo tipo de armas surrealistas.
La novela, publicada originalmente en 1998 bajo el rótulo de “realismo delirante”, juega con el humor negro y el absurdo sobre política, religión, guerra, historia, sexo, astrología, magia, ciencia y tecnología.
Según confesó el propio autor rosarino, tardó diez años en escribir Los sorias y casi el doble en publicarla; durante ese tiempo circuló el manuscrito que llegó a manos de escritores como César Aira, Rodolfo Fogwill y Piglia, quienes respaldaron la publicación de 350 ejemplares en tapa dura, numerados y firmados por Laiseca, a través del sello independiente Simurg.
Alberto Laiseca
Alberto Laiseca nació en Rosario (Argentina) en 1941 y falleció en Buenos en 2016. Inició la carrera de Ingeniería Química en la Universidad del Litoral, pero abandonó los estudios para dedicarse a escribir. Trabajó de peón, recolector y, ya en Buenos Aires, como empleado de ENTel (empresa pública argentina del servicio de telefonía).
Tras escribir relatos para periódicos y antologías, en 1976 publicó su primera novela, Su turno para morir. Con los cuentos de Matando enanos a garrotazos (1982) y la novela Aventuras de un novelista atonal (1982), terminó de convertirse en una figura de culto entre los escritores emergentes de su generación.
Los sorias es su novela más ambiciosa. En ella se expande todo su universo literario, llegando a declarar que cuando la terminó supo que no escribiría nada igual. Su libro anterior fue El jardín de las máquinas parlantes (1993) y el posterior El gusano máximo de la vida misma (1999). Su vida, su obra y sus excentricidades son dignas de conocerse.