Lo premiaron Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Alicia Jurado, Eduardo Mallea y Leónidas de Vedia, nada menos, y Victoria Ocampo no ahorró elogios; dijo de él en una carta de 1973 dirigida al autor:
“He leído su cuento «Bajo la luna, sobre la tierra, bajo la noche». Quiero decirle que me ha gustado el tono de esas páginas. Me gusta cierta simplicidad directa y la manera de contar. Desde hace 15 años formo parte del Directorio del Fondo (no sé hasta qué día) y me llamo Victoria Ocampo. Lo saludo cordialmente. Siga escribiendo”.
Sin embargo, Diego Angelino (1944), entrerriano de nacimiento pero patagónico por adopción (reside en El Bolsón), es casi un desconocido para el gran público lector, que en las últimas décadas no ha tenido demasiadas noticias sobre su vida y su obra, con la novela Al país de las guerras (2019) como cierre —hasta ahora— de su producción literaria.
Su primera novela, Al sur del sur, permanece inédita, pero en 1973 fue recomendada para su publicación por Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar y Rodolfo Walsh —otra vez: nada menos— en un concurso organizado por el diario La Opinión y el sello Sudamericana. Al año siguiente ganó el premio La Nación con su libro de cuentos finalmente editado con el título Con otro sol, seleccionado por Borges, Bioy Casares, Alicia Jurado, Mallea y De Vedia.

Sobre la tierra (1979) fue editada en Barcelona por la extinta Pomaire y llevada al cine por Nicolás Sarquís, y en 1983 apareció Recordando en el viento. Tras un largo silencio editorial, en 2011 dio a imprenta Escrituras, antología publicada por Caballo Negro. Y en 2014 su novela El bumerang vuelve al cazador quedó seleccionada entre las once finalistas del premio Herralde de novela, publicada por Espacio Hudson tres años después.
Ahora se suma una imperdible oportunidad para explorar la narrativa de Diego Angelino: Eterna Cadencia acaba de lanzar sus Cuentos completos, con prólogo de Martín Kohan; una colección de relatos escritos “como parecía que ya nadie podía escribir. El tiempo y las palabras se ponen a sus pies”, como expresó acertadamente Alejandra Kamiya.
Selva Almada no ahorró elogios: “El universo de Angelino nos interpela y nos involucra sin obligarnos a tomar partido, sin señalarnos qué deberíamos pensar de lo que estamos leyendo: en todo caso empujándonos a pensar desde un lugar más humano y generoso”, escribió sobre él. Jorge Consiglio tampoco.
Estamos ante historias que —según dicen— abrevan tanto Sherwood Anderson como en Daniel Moyano, en William Faulkner como en Antonio di Benedetto, en Horacio Quiroga como en el fascinante mundo de Juan Rulfo.
Ya tengo tiempo en BorgesTV. Y ahora contamos con esta otra opción adicional, de contenidos de calidad. Qué bien! Saludos desde Durango, México.
Gracias por tu comentario, Oscar. Saludos!