Christopher Nolan

CHRISTOPHER NOLAN, plagiario de Borges

El año pasado, una versión —no confirmada— llegó a circular en medios especializados de los Estados Unidos y el Reino Unido: el director, guionista y productor Christopher Nolan trabajaba en su próxima película y entre sus planes aparecía la adaptación directa de un cuento de Jorge Luis Borges.

El consagrado realizador británico nacido en 1970, accedió al escritor argentino durante sus estudios de literatura en la Universidad de Londres, y desde entonces no ha dejado de tenerlo como autor de cabecera.

De acuerdo a esas versiones, el cuento en adaptación sería “El inmortal”, aparecido por primera vez en la edición de febrero de 1947 de la revista Anales de Buenos Aires, que Borges dirigió desde el tercer volumen y hasta su cierre, y recopilado en El Aleph, volumen publicado en 1949 por editorial Losada.

En este texto, Borges refiere el manuscrito de un tribuno romano que se pierde en el desierto y va en busca del “río secreto que purifica de la muerte a los hombres”. Luego de atravesar un laberinto subterráneo, encuentra la Ciudad de los Inmortales, una caótica construcción carente de sentido, y al salir se topa con el troglodita al que llama Argos. Es una persona que sufre la condena de la inmortalidad, que le quita sentido a la vida, cuyas acciones cobran significado a partir de la muerte. De manera que los trogloditas han agotado toda forma de evolución para subsumirse en el pensamiento y la reflexión.

Literalmente, Borges explora en este relato “el efecto que la inmortalidad causaría en los hombres”, según escribe en el epílogo a la primera edición de El Aleph.

Borges y Nolan: denominadores comunes

Christopher Nolan, aclamado por Memento, Inception, su trilogía de Batman, Dunkerque y la reciente Oppenheimer, es a priori el realizador indicado para llevar al cine este o cualquier otro cuento de Borges.

Ambos comparten elementos clave para el desarrollo de sus obras: la deconstrucción del tiempo y el cuestionamiento de la realidad, el tratamiento de la paradoja y la simbología. También coinciden en el cruce de géneros, especialmente entre el fantástico (eventualmente con rasgos de ciencia ficción) y el policial, con el consiguiente análisis de la psicología de los personajes.

Haga o no esa adaptación, lo cierto es que la influencia borgeana en la obra de Nolan es más que evidente para quienquiera que conozca —así sea someramente— las narrativas del cineasta y el escritor. Al igual que el argentino, quien “plagió” cuanta obra literaria estuvo a su alcance, el británico hizo lo propio en su disciplina, dando otra dimensión a los principios narrativos y, por tanto, a lo narrado.

Nolan utiliza mecanismos cinematográficos para una conversión que revela o, para ser preciso, insinúa lo oculto al sentido común; haciendo uso y abuso, vale reiterar, de procedimientos borgeanos.

Convengamos también en lo siguiente: Borges fue el más grande lector de la historia y, como tal, supo como nadie antes ni después transformar sus lecturas en literatura. En concreto, se trata de un genial plagiario cuya obra se sustancia copiando obras ajenas, diferenciándose de la definición del Diccionario en que nunca tomó esas obras como propias. O sí…

Fue, es y será un plagiario confeso, orgulloso de tal, que defendió la apropiación de ideas ajenas con la originalidad —si fuera posible— de dar sus peculiaridades a la idea reformulada. Teniendo muy presente que, como en todas las artes, la literatura es, sobre todo, una cuestión de formas.

En este sentido, Borges nunca dejó de fracturar la lógica imperante para exhibirnos impunemente otro modo de verla, de mostrarnos lo que se llama verdad bajo otra lupa. O, más bien, a través de su particular microscopio. Como Irineo Funes. Y cuando no halló obra que plagiar, Borges la inventó para hacer la conversión a sus fines éticos y estéticos. Tal y como hace en “El inmortal”.

Christopher Nolan: borgeano

Con Nolan ocurre algo muy similar, casi paralelo: se apropia nada sutilmente de los hilos borgeanos para tejer el entramado de las ideas propias que lleva al celuloide (o al IMAX).

Si en sus películas más personales plagia a Borges, lo hace consciente y descaradamente; es decir, poniendo la firma a su obra sin ocultar que sus ideas esenciales, los ejes de su narrativa, son borgeanos. Así explora la identidad y la memoria de las personas a través de un estudio complejo y distorsionado, como a través de un caleidoscopio, de la naturaleza maleable del tiempo y el espacio.

En entrevista con The New York Times, publicada el 30 de junio de 2010, a propósito del estreno de Inception, cinta que confirmó su prestigio, hace la confesión respectiva. Consultado si al escribir la historia había leído a Freud o Philip K. Dick, respondió tajantemente: “A Borges… Me gusta pensar que esta es una película que él seguramente disfrutaría”, añadió entre risas.

Jorge Luis Borges y Christopher Nolan.

“La verdad es que Borges tomó algunos conceptos filosóficos increíblemente extraños y los transformó en cuentos muy digeribles”, dijo Nolan, haciendo alusión al cuento “El milagro secreto”, incluido en Ficciones. “Como el hombre que enfrenta al pelotón de fusilamiento y quiere más tiempo para terminar la historia que está urdiendo en su cabeza, algo que se le concede mientras las balas viajan desde el arma hacia él”, dice Nolan.

Y agrega: “Matrix es un gran ejemplo en este sentido. Es un fenómeno extraordinario y palpable… Aquí hay conceptos filosóficos muy complejos y, en otro sentido, también explicaciones muy simples”.

En 2011 y a propósito de Memento, filme con el que comenzó a ser respetado por la industria y el público internacional, declaró al sitio Movieline que ese filme “es un primo extraño de ‘Funes el memorioso’… Soy un gran fan de Borges. Memento es un primo extraño de ‘Funes el memorioso’… Es un poco una inversión de eso”, sostuvo el cineasta.

Añadiendo que “lo que buscaba era una especie de precisión de una historia de Borges. Yo creo que su escritura se presta naturalmente a una interpretación cinematográfica porque es todo sobre eficiencia y precisión, el esqueleto de una idea”.

Finalmente, aunque sin agotar las referencias formuladas por el realizador, recordemos un segmento de la entrevista en el programa radial Desert Island Discs, de la BBC. Aquel 18 de febrero de 2018, después del estreno de Dunkerque y Justice League (que lo tuvo como productor ejecutivo), se le preguntó qué libros llevaría a una isla desierta. Christopher Nolan no vaciló con la respuesta: “Me llevaría las ficciones y no ficciones de Borges…”

Christopher Nolan: plagiario

Following

Fotograma de Following.

En su debut como realizador, Following narra la historia de un joven escritor americano a quien no se le ocurre ninguna buena idea para un libro. Decide entonces salir a las calles de Londres para seguir a algunas personas en busca de esa idea reveladora, y termina involucrándose con un individuo en particular y en la trama de un crimen.

La película explora temas como la obsesión, la identidad, los múltiples destinos y las consecuencias imprevistas a las que derivan nuestras acciones, muchas ajenas a la voluntad.

“El sur”, donde se mezclan y confunden lo real y lo irreal, y “El jardín de senderos que se bifurcan”, sirven como base a Nolan para desarrollar su historia de coincidencias inesperadas y ambivalencias.

Memento

Fotograma de Memento.

En Memento, cinta que dio a Nolan fama y prestigio, un exagente de seguros dedica sus días a investigar la muerte de su esposa, asesinada a manos de alguien que el protagonista no logra recordar.

La clave de esta historia radica en que, debido a un golpe, el hombre sufre una enfermedad que le impide retener recuerdos a corto plazo: cada día, al despertar, ha olvidado cuanto logró averiguar la jornada anterior. De modo que, al no poder retener recuerdos, acude a una cámara de fotografías instantáneas y notas que se tatúa en todo su cuerpo.

La primera referencia evidente es “Funes el memorioso”: se trata de una “inversión” —palabra de Nolan— de la historia narrada por Borges: el hombre que recuerda todo lo que pasa a no recordar absolutamente nada.

También están en la cinta “El otro”, en el diálogo que el protagonista realiza entre su yo presente y su yo del pasado, y “La muerte y la brújula”, clásico policial borgeano que refiere a la dialéctica del cazador cazado.

Inception

Fotograma de Inception.

Inception trata sobre un extractor especializado en ingresar en los sueños de otras personas para robar secretos del mundo de los negocios, que luego vende. Para poder volver a su hogar en los Estados Unidos, donde lo esperan sus hijos, tiene una última misión: no extraer sino implantar una idea en el subconsciente del heredero de una multinacional.

Pero las cosas puede que no salgan como estaban meticulosamente planeadas… Particularmente cuando el espectro de su esposa muerta sigue rondando sus pensamientos.

La película explora los límites de la realidad, del consciente y del inconsciente, desafiando las fronteras de la mente mientras que se sumerge en la profundidad de los sueños dentro de sueños.

Es, pues, una reformulación casi literal del tema central de “Las ruinas circulares”, que explora la paradoja del soñador soñado, donde se pierde la noción de la realidad. También aparece en la cinta “La casa de Asterión” y, por extensión, los laberintos de tiempo y espacio tan caros al argentino y al británico.

Interstellar

Fotograma de Interstellar.

En Interstellar, Nolan se sirve de los agujeros de gusano para dar verosimilitud a un relato decididamente fantástico, donde el universo no tiene un tiempo uniforme. Así, los exploradores que protagonizan la cinta se adentran por uno de esos agujeros con el fin de hallar un nuevo hogar para la humanidad, debido a la decadencia de la Tierra.

Mientras se enfrentan a desafíos científicos y emocionales en el intento desesperado por salvar a la humanidad, viajan a través del agujero para encontrarse con nuevas dimensiones de tiempo y espacio.

Plantea “infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos”, como advierte Borges en “El jardín de senderos que se bifurcan”. Series de tiempo que “se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran”, y abarcan “todas las posibilidades”.

El realizador también refiere a “El Aleph” como símbolo del agujero de gusano; a “Tlön…” y sus universos paralelos, y ciertamente a “La biblioteca de Babel” con sus infinitas posibilidades narrativas. También a “El otro” con su diálogo personal entre futuro y pasado.

Dunkerque

Fotograma de Dunkerque.

Miles de soldados británicos y tropas aliadas se encuentran rodeadas por las fuerzas enemigas en la ciudad francesa de Dunkerque, en plena Segunda Guerra Mundial. Atrapados entre el mar y un ejército enemigo dispuesto a aniquilarlos, se enfrentan a una situación imposible que Nolan narra utilizando diferentes planos temporales y espaciales.

El realizador nos cuenta la operación de evacuación de más de 300.000 personas varadas en territorio francés, que tuvo lugar a fines de mayo de 1940, desde tres ángulos diferentes. Esos planos de la realidad son capturados a través de líneas de tiempo entrelazadas pero divergentes, que exhiben tensión, resiliencia y heroísmos anónimos en medio de la adversidad.

Trasfondo y temas que Borges no solo ha explorado en muchos de sus cuentos sino también en su ensayística y poesía.

Tenet

Fotograma de Tenet.

Tenet es, quizá, la película más compleja y menos comprendida de Christopher Nolan, que en su momento no fue bien recibida ni por el público ni por la crítica. En el universo del espionaje internacional, un agente tiene como misión evitar la destrucción del mundo como lo conocemos, a manos de un villano que cuenta con una extraordinaria capacidad: puede invertir el flujo del tiempo.

Así, la película explora la manipulación del tiempo a través de acciones retrógradas, desencadenando una trama de espionaje y ciencia ficción llena de giros y complejidades temporales. Como advirtió algún crítico, Tenet es una montaña rusa dentro de un laberinto que parece no tener centro, y donde el tiempo es manejado al antojo del realizador.

Todos los tópicos borgeanos confluyen en este filme desmesurado y algo caótico: los laberintos temporales, las paradojas que rompen la linealidad narrativa, las dimensiones espaciales a ensamblar como un rompecabezas. Con esta cinta se confirma que “El jardín de senderos que se bifurcan”, “El milagro secreto” y “El otro” son los cuentos preferidos de Nolan a la hora de (entre comillas) plagiar a Borges.

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