Ni el cubano Leonardo Padura, ni el colombiano Fernando Vallejo, ni la nicaragüense Gioconda Belli, ni el chileno Raúl Zurita, ni el argentino César Aira, ni la mexicana Ángeles Mastretta…

Todo apuntaba a que este año el Premio Cervantes iba a ser para un escritor latinoamericano y los mencionados eran los favoritos para quedarse con el codiciado galardón. Se trata de una tradición no escrita y no siempre aplicada, pero históricamente considerada para mantener cierto equilibrio entre los premiados de un lado y otro del Atlántico: 25 españoles y 24 americanos lo habían ganado hasta ahora.
Sin embargo, y por segundo año consecutivo, el anunciado este 12 de noviembre fue otro español: Álvaro Pombo. Así lo decidió el jurado presidido por Luis Mateo Díez, ganador del Cervantes el año pasado, acompañado como vicepresidenta por María José Gálvez, directora general del Libro, del Cómic y de la Lectura del Ministerio de Cultura de España.
También integrado por Rafael Cadenas, ganador en 2022, y representantes de la Real Academia Española, de la Academia Chilena de la Lengua, y de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas. Así como delegados de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe, del Instituto Cervantes, de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, de la Federación Latinoamericana de Periodistas, y de la Asociación Internacional de Hispanistas.
Para premiarlo, el jurado consideró “su extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su original narración. A su notabilísimo nivel como poeta y ensayista, se une el ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios”.
En sus creaciones “muestra el mundo a través de la construcción de un lenguaje en el que las deformaciones de la realidad aparecen reflejadas bajo el disfraz de la ironía y del humor. En su prosa, la oralidad se refleja en la voluntad de un estilo que aspira al ‘escribo como hablo’ valdesiano. Álvaro Pombo ha creado aquello que define a los grandes escritores, un mundo literario propio imperecedero e imprescindible que conmueve y conduele”.
Quién es Álvaro Pombo

Álvaro Pombo nació el 23 de junio de 1939 en Santander, Cantabria, en el seno de una familia aristocrática de esa comunidad ubicada en el norte de la península ibérica. Se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid y en Letras por el Birkbeck College de Londres, ciudad donde vivió entre 1966 y 1977.
En 1973 publicó su primer libro de poemas, Protocolos, al que siguió en el 77 Variaciones; mismo año en el que inició su producción narrativa con el volumen de cuentos Relatos sobre la falta de sustancia.
Aunque siempre se consideró más poeta que narrador, es ampliamente conocido por su obra novelística, que comenzó a finales de aquella década con la aparición de El parecido. En 1980 publicó el poemario Hacia una constitución poética del año en curso, y el siguiente en 1992: Protocolos para la rehabilitación del firmamento.
En medio dio a imprenta las novelas El héroe de las mansardas de Mansard (1983), con la que ganó el Premio Herralde, y al año siguiente El hijo adoptivo, finalista de ese mismo concurso. Esta última fue adaptada al cine por Juan Pinzás bajo el título El juego de los mensajes invisibles, estrenada en 1991, con la cual ganó en el Festival Internacional de Cine de Figueira da Foz, en Portugal.




Por esa época también aparecieron Los delitos insignificantes (1986) y El metro de platino iridiado (1990), con la que ganó el Premio Nacional de la Crítica y es considerada su obra cumbre.
Entre un total de 25 novelas, destacan Aparición del eterno femenino contada por S.M. el Rey (1993); Donde las mujeres (1996), y Vida de San Francisco de Asís. Una paráfrasis (1996). También La cuadratura del círculo (1999), Premio Fastenrath de la RAE; El cielo raso (2001); Una ventana al norte (2004), y La fortuna de Matilda Turpin (2006), Premio Planeta.
O La previa muerte del lugarteniente Aloof (2009); El temblor del héroe (2012), Premio Nadal; Un gran mundo (2015); La casa del reloj (2016); Retrato del vizconde en invierno (2018), y El destino de un gato común (2020).
Su prosa es considerada por la crítica como única y original en el marco de la literatura española, destacando por la impecable utilización del lenguaje y el humor como recurso inherente a sus historias.
En 1992 publicó el poemario Protocolos para una rehabilitación del firmamento; en 1997 la colección Cuentos reciclados y en 2002 fueron recopilados sus artículos en el volumen Alrededores. En 2022 dio a conocer su libro de ensayos La ficción suprema. Un asalto a la idea de Dios, y en octubre de este año Anagrama lanzó su última novela hasta el momento: El exclaustrado.




Miembro de la Real Academia desde 2004, obtuvo numerosas distinciones por el conjunto de su obra, como el Premio Honorífico de las Letras de Santander en 2018 y el Premio Internacional Menéndez Pelayo en 2023.
Con el nuevo milenio, Pombo mantuvo una activa participación política, presentándose como primer candidato a senador del partido Unión Progreso y Democracia por la Comunidad de Madrid. Abiertamente homosexual, simultáneamente se manifestaba contra el matrimonio igualitario, lo que le valió ser desdicho por el partido político cuyas filas integraba.
También generó polémica mediática por sus expresiones favorables hacia aquellas dictaduras que, tanto en España como en América Latina, “produjeron riqueza económica”. Como —según sus propios dichos— las de Francisco Franco o Augusto Pinochet. “Sé que suena mal, el asunto es que España prosperó gracias a Franco, la gente tuvo su cochecito, su residencia, y la democracia fue posible gracias a Franco”.
“Hay que tener cuidado de no ponerse demasiado bravo con los dictadores que produjeron riqueza económica. Hitler fue un dictador que metió a los países en una guerra espantosa, pero Franco no. Y Pinochet tampoco”.