
Fue María Kodama quien, tras el fallecimiento de Jorge Luis Borges —ocurrido en Ginebra el 14 de junio de 1986—, divulgó la especie sobre el fortuito encuentro del escritor y el músico. Aseguró en diversas oportunidades que el autor de El Aleph y Mick Jagger mantuvieron una conversación en el lobby de un hotel de Madrid, a principios de la década de 1980. El fundador y líder de los Rolling Stones manifestó admiración por el argentino, llamándolo “maestro”, y Borges respondió que conocía su música gracias a María.
Kodama era, según confesó, fanática de la banda británica y se la hacía escuchar a Borges, cuyos gustos musicales estaban más cerca de la milonga orillera y de Brahms que del rock. No obstante, en los diálogos mantenidos con Ernesto Sábato, Borges dijo sentir preferencia por The Wall de Pink Floyd, cuya película homónima había visto (o más bien oído) en el cine. Y, obviamente, los Beatles no podían faltar en el escenario…
“Sé que a usted, en general, no le interesa la música. Pero los Beatles son grandes músicos”, le dijo Sábato el 21 de diciembre de 1974, en uno de los muchos diálogos que ambos escritores mantuvieron, coordinados por Orlando Barone y luego compilados en libro. Se dice además que un sobrino, posiblemente Miguel (hijo de Norah y Guillermo de Torre), le regaló a su tío una antología con canciones de la banda de Liverpool, y de entre todas mostraba deferencia por “Let it be”.

En concreto, el fortuito encuentro en el Palace Hotel de Madrid se habría producido en 1980, cuando Borges viajó a España para recibir el Cervantes, o en 1983, durante una nueva visita del escritor a la península ibérica. En esta ocasión había sido invitado a tierra española para inaugurar y participar en los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y recibir la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.
O tal vez en 1985, cuando encabezó varios actos en el marco de la Feria del Libro de Madrid, presentando el que fue su último libro de poemas publicado en vida: Los conjurados.
Cualquiera haya sido el año, algo llamativo es que ningún periodista, reportero gráfico o fotógrafo aficionado haya tomado nota o imagen del encuentro de dos personalidades de ese calibre en el lobby del hotel madrileño. Ni siquiera la propia Kodama, que solía llevar su cámara fotográfica a cuanto viaje internacional realizara junto a Borges.
De hecho, Emecé publicó Atlas en 1984 —poco después de la magna reunión—, libro de viajes con textos del escritor y fotografías de quien todavía no era su esposa sino su amanuense. Nada hay en ese volumen ni en ningún otro registro de la Argentina o el mundo que certifique los dichos de María. Lo que, obviamente, no impide que haya ocurrido…
La heredera de Borges ratificó sus palabras —quizá por última vez— hacia 2016, cuando en entrevista radial dijo haber visto al líder de los Rolling Stones “arrodillado, agarrándole la mano a Borges y le dice: ‘Maestro, yo he leído toda su obra, lo admiro’”.

En efecto, Jagger lee un fragmento de “El sur” en la primera película en la que participó como actor, Performance, dirigida en 1968 por Donald Cammell y Nicolas Roeg pero estrenada recién en 1970. En otro momento de la película, Turner (personaje encarnado por Jagger) confronta con Chas (a cargo de James Fox) y le grita: “¡Y los Tetrarcas de Sodoma y de Orbis Tertius…!”, en clara alusión al cuento “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”. También aparece un retrato de Borges en este thriller británico ambientado en el mundo de la música, que no fue muy bien recibido por la crítica ni por el público.

Experimental, oscura y retorcida, sin ton ni son, perturbadora y alocada, propia de una época… Fueron algunos de los adjetivos calificativos que a Performance le endilgó la crítica de los 70. Sin embargo, ni la crítica ni el fracaso comercial del filme impidieron que, con el transcurrir de los años, se convirtiera en película de culto para fanáticos de los Rolling y, obviamente, de Borges.
En cuanto a la lectura y a las referencias borgeanas, responderían más bien a gustos de los realizadores, de Cammel en particular, en tanto guionista, que a los de Jagger, quien pudo haber conocido al argentino en aquella misma filmación.
“At this point, something unforeseeable occurred. From de corner of the room, the old stactic gaucho threw him a naked dagger which landed at his feets. Dahlman bent over to pick it up. They would not haver allowed such things to happen to me in the sanatorium, he thought, and he felt two things. The first…”
“Yes, I know why…”
Hay quien dice que el músico leyó al argentino en sus años de alumno en la Dartford Grammar School, donde hizo sus estudios secundarios; según el mito, un profesor de literatura le recomendó el volumen en inglés de Ficciones. Puede que en este punto también exista controversia, dado que Jagger abandonó los estudios formales en 1961, para dedicarse por completo a la música, y la primera edición anglosajona de ese emblemático libro data recién del año siguiente.

En 1962 aparecieron dos publicaciones: una acotada, bajo el título Labyrinths, publicada por New Directions, y otra completa, como Fictions, de Grove Press; ambos sellos neoyorkinos. Y en el Reino Unido recién se publicó en 1965 bajo el título Fictions, con traducción de Anthony Kerrigan para la casa editorial londinense Calder and Boyars.
¿Que Jagger pudo haberlo leído previamente en español…? Quién sabe.
O tal vez conoció a Borges a través de algunos poemas y cuentos sueltos publicados en inglés. Como la versión de “El jardín de senderos que se bifurcan” aparecida en la edición de agosto de 1948 de Ellery Queen’s Mystery Magazine. O las de otros relatos incluidos en revistas literarias y antologías durante la década de 1950…
Sin embargo, la fama internacional del argentino le llegó luego de que en 1961 fuera galardonado con el primer Premio Internacional Formentor, haciendo que sus libros fueran traducidos y editados en decenas de lenguas. Avanzados los 60, seguramente, pudo Jagger haber conocido la obra borgeana, al menos en lo que respecta a la narrativa.

Por otro lado, durante la segunda visita de la banda a la Argentina, en 1998, Jagger ratificó en conferencia de prensa haber “leído mucho” a Borges, cuando en los 60 “sus libros eran muy populares en Inglaterra”. Al ser consultado sobre aquel encuentro en el hotel de Madrid, tan mentado gracias a María Kodama, el músico fue contundente: “No me encontré con él…”
“No, no me encontré con él”, respondió, y agregó: “Veremos si es posible en este viaje”, lo que motivó la advertencia desesperada de la traductora Nora Koblinc: Borges llevaba muerto doce años… “Es un fantástico escritor y sus libros eran muy populares en los 60 en Inglaterra. Lo he leído mucho y me hubiera encantado conocerlo, pero esto no sucedió”, sentenció el líder de los Stones.
¿Que entre tanta gente que alrededor del mundo se cruzó en su camino pudo haber olvidado aquella reunión fortuita y tan lejana…? Puede ser.
Lo cierto en esta historia de dimes y diretes, de encuentros y desencuentros, es que Mick Jagger admiraba la literatura de Borges y leyó aquellas líneas de “El sur” durante la película en la que hizo su debut cinematográfico. También que, por intermediación de María Kodama, el argentino escuchó a los Rolling Stones, pero en esa corriente mostró preferencias por los Beatles y Pink Floyd.