La distopía es un subgénero literario de los más atractivos, especialmente para los autores de ciencia ficción, ya que permite satirizar la sociedad presente a través de sus taras emergentes.
Aborda críticas a las sociedades contemporáneas, exacerbando fenómenos indeseables que se expresan solapada o brutalmente en momentos y lugares específicos. O mera especulación, pero siempre basada en hechos reales que se desarrollan en la historia, como el fascismo (que ha vuelto a ponerse de moda en estos aciagos tiempos).
En este informe exploramos diez historias de ficción que presentan sociedades distópicas que, a pesar de lo que muchos puedan suponer, amenazan a la humanidad desde un futuro no muy lejano… Mundos de horror que germinan entre las grietas del presente.
LA MÁQUINA SE DETIENE
de E.M. Forster (1909)

Edward Morgan Forster ya ha publicado novelas como El más largo viaje (1907) y su célebre Una habitación con vistas (1908), cuando da a conocer The Machine Stop.
La Máquina se para o La máquina se detiene —según la traducción— aparece por primera vez en la edición número 8 de The Oxford and Cambridge Review, de noviembre de 1909. Esta novela corta, de poco más de 70 páginas, es incluida posteriormente en el libro de relatos The Eternal Moment and Other Stories, de 1928, y como libro independiente mucho después.
Escrita como respuesta a los Elois de La máquina del tiempo, de H.G. Wells —según confesó el propio Forster—, narra la historia de una madre y su hijo en un mundo futuro, donde la gente vive en celdas subterráneas. Todas sus necesidades son cubiertas por una máquina que, en realidad, lo abarca todo, desde la alimentación hasta la comunicación a través de pantallas de video, causando que las personas subsistan sedentaria y fútilmente.
Pero un día esa Máquina omnipresente comienza a fallar, hasta su colapso total, ya que ningún ser humano conoce cómo funciona y mucho menos cómo repararla.
Forster no se detiene a explicar las razones que han llevado a esa sociedad distópica, sino en advertir sobre los aspectos oscuros de una tecnificación desmedida y fuera de control. Se limita a describir cómo una vida automatizada y supeditada a la Máquina —o a las máquinas— deriva en la completa deshumanización de ese mundo y sus habitantes.
NOSOTROS
de Yevgueni Zamiatin (1920)

Como muchos intelectuales rusos de aquella época, Yevgueni Zamiatin sufrió persecución, arrestos y exilios por oponerse al régimen zarista que ya tambaleaba a principios del siglo XX. Adhiere a la revolución bolchevique, pero con la muerte de Lenin y la asunción de Stalin sus obras narrativas y teatrales comienzan a ser censuradas. Incluso la que se convertiría en su obra capital, Nosotros, escrita hacia 1920, cuando ya era un autor reconocido en la URSS, publicándose primero en inglés, luego en francés y más tarde en ruso.
Tiene cierta lógica: la novela nos habla de una ciudad de cristal y acero y del Estado Único, que somete a sus habitantes a la inflexible autoridad del Bienhechor. Los hombres-número trabajan con horarios fijos y siempre a la vista de todos, sin nada que se parezca a vida privada: el “yo” ha dejado lugar al “nosotros” de colmena, con la consiguiente deshumanización del individuo.
D-503, narrador de esta historia aterradora, se enamora y, como se sabe, el amor equivale a rebelión, y el instinto sexual al deseo de libertad… Pero le extirpan el “ganglio craniano de la fantasía” y el Estado Único parece triunfar, pero más allá de los muros de la ciudad hay nómadas “morenos, blancos y negros” que, más temprano que tarde, desafiarán al Bienhechor.
Mucho después, George Orwell confesó haberse inspirado en Nosotros para su celebérrima 1984…
UN MUNDO FELIZ
de Aldous Huxley (1932)

En el futuro, un mundo perfecto es donde no hay conflictos, donde reina paz social entre las clases que, más que a su concepción moderna, se asemejan a las castas de la antigua India. Un mundo feliz, publicada en 1932, muestra una sociedad donde la humanidad ha alcanzado la utopía a través del control tecnológico y la manipulación genética de los seres humanos.
Así, la estabilidad y la felicidad se logran mediante el condicionamiento psicológico y la ingeniería genética, creando y criando niños en centros de incubación que eliminan la necesidad del entorno familiar. Además, el uso del “soma” mantiene a las personas en estado de total conformidad y, consecuentemente, de felicidad constante…
Pero Bernard Marx, un “Alpha Plus” con todos sus privilegios, comienza a cuestionar el sistema y, junto a una compañera de trabajo en la Oficina de Estabilidad, visita la “reserva” donde aún viven personas que han nacido y crecido “naturalmente”. Allí encuentra a John, un “salvaje” al que lleva a Nueva Londres y se convierte en una especie de fenómeno que provoca inesperadas e indeseables tensiones sociales.
Aldous Huxley explora con esta novela temas como la libertad y la individualidad, los condicionamientos sociales y la felicidad artificial, así como los llamados choques culturales. También el uso y abuso de los avances científicos y, sobre todo, el costo que puede pagar la humanidad para alcanzar una sociedad estable y libre de conflictos.
1984
de George Orwell (1949)

Inspirada en la reseñada Nosotros, la novela de George Orwell presenta una sociedad gobernada por un partido político totalitario que tiene a “Gran Hermano” —o “Hermano Mayor”— como figura omnipresente. Un régimen que basa su poder en la “neolengua”, versión simplificada del idioma para dominar el pensamiento de los miembros del Partido Único (no se puede pensar lo que no se puede nombrar) e inviabilizar todo cuestionamiento.
Estamos en Oceanía, que comprende el Reino Unido e Irlanda, América, Australia y Nueva Zelanda y el sur de África, y mantiene una “guerra eterna” contra las otras dos potencias globales: Eurasia (Europa continental y la Unión Soviética) y Eastasia (China, Japón y Corea).
El protagonista trabaja en el Ministerio de la Verdad, donde se encarga de alterar documentos (diarios, libros y fotografías, por ejemplo) para que coincidan con la versión oficial del partido único respecto al desarrollo de la historia. Pero Winston Smith comienza a cuestionar el férreo y opresivo control estatal y se involucra en una relación secreta con una colega, para buscar la verdad en un mundo donde la vigilancia, la propaganda y la manipulación lo abarcan todo.
1984 —año en el que suceden los hechos descritos por Orwell— explora temas como la vigilancia estatal, la manipulación de la información, la represión de la individualidad y el poder del lenguaje en la conformación de la realidad.
FAHRENHEIT 451
de Ray Bradbury (1953)

El papel arde a 232 grados centígrados, o 451 grados Fahrenheit, según el sistema utilizado en el mundo anglosajón, que le sirve a Ray Bradbury para dar título a esta obra maestra de la ciencia ficción.
La historia transcurre en una sociedad futura donde los libros están prohibidos y los “bomberos” tienen la paradójica misión de quemarlos allí donde se los encuentre. Es que los libros promueven el pensamiento crítico y por tanto son considerados peligrosos para la estabilidad social y, sobre todo, para el Estado opresor.
Montag es uno de esos “bomberos” y justifica su trabajo hasta que conoce a Clarisse, una joven que cuestiona las normas sociales imperantes y tienen a la ignorancia y el conformismo como pilares. La muerte de Clarisse desata la crisis existencial del protagonista, quien empieza a leer libros en secreto y se da cuenta de la superficialidad de su vida, cuestionando el statu quo.
Finalmente se une a una comunidad de rebeldes que tiene su propia misión: memorizar los libros que los “bomberos” queman, para preservar su contenido y eventualmente reconstruir la cultura humana una vez que esa sociedad distópica colapse.
Fahrenheit 451 explora temas como la censura, la libertad de expresión y el poder de los libros y la literatura como vehículos de conocimiento y libertad individual, contra el conformismo y la alienación.
LA NARANJA MECÁNICA
de Anthony Burgess (1962)

El libre albedrío es condición necesaria para considerarnos humanos, individuos únicos y diferentes al resto, y desde tiempos inmemoriales, toda forma de gobierno o Estado ha tratado de limitarlo a su mínima expresión, o eliminarlo, de ser posible… Los métodos utilizados para ello son tópicos recurrentes en la ciencia ficción distópica, que van desde los más brutales, como la represión o la cirugía, hasta los más sofisticados, como el condicionamiento genético, psicológico o emocional.
Para el caso, contra Alex, adolescente y líder de una pandilla, quien se deleita realizando acciones ultraviolentas, a la vez obsesionado con la música clásica, especialmente con Beethoven. Él y su grupo de “droogs” cometen una serie de crímenes atroces pero el líder es finalmente arrestado, luego de que alguno de sus compañeros lo traiciona.
El protagonista de La naranja mecánica es entonces sometido a un tratamiento experimental conocido como “El Método Ludovico”, con el fin de reprogramarlo y eliminar su sociopatía. El tratamiento condiciona a Alex para sentir aversión extrema a cualquier forma de violencia y hasta a la música que tanto adora. Es decir, le quita su capacidad para elegir, donde se centra la cuestión ética de la novela de Anthony Burgess publicada en 1962.
Después de ser liberado, Alex se encuentra indefenso y rechazado por la sociedad, mientras su naturaleza violenta vuelve a emerger. Pero al final del camino puede que también aparezca la redención…
EL PLANETA DE LOS SIMIOS
de Pierre Boulle (1963)

Todo comienza cuando en la época de viajes interplanetarios regulares, una pareja encuentra en el espacio una botella flotando a la deriva, con un pergamino en su interior en el que Ulises Mérou cuenta su historia…
Corre el año 2500 cuando emprende un viaje espacial junto con otros dos hombres y un chimpancé llamado Héctor, llegando al distante planeta llamado Soror, muy similar a la Tierra, pero con sus propias reglas evolutivas. Los simios —gorilas, chimpancés y orangutanes— son la especie dominante y han levantado una avanzada civilización, mientras que los humanos son primitivos y esclavizados.
Al arribar a ese planeta distópico, Ulises es capturado y estudiado como un espécimen raro, como un fenómeno o anomalía que intenta demostrar su inteligencia para emprender el viaje de regreso a la Tierra.
Publicada por primera vez en Francia en 1963 y el mismo año en los Estados Unidos, El planeta de los simios significa un nuevo éxito global para su autor, el francés Pierre Boulle. Incluso a nivel cinematográfico, ya que en 1968 es llevada a la pantalla grande, para iniciar una longeva y millonaria franquicia que llega hasta nuestros días.
La obra plantea temas profundos sobre la naturaleza humana, la evolución y la relación entre el poder y la inteligencia, con un final impactante y que sorprende e invita a la reflexión del lector.
¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS?
de Philip K. Dick (1968)

La lluvia radioactiva provocada por la Guerra Mundial Terminus contamina gran parte del planeta, habiendo matado a la mayoría de los animales, que ahora son símbolo de status y pueden ser suplantados por símiles eléctricos. Rick Deckard, protagonista de esta historia, tenía una oveja que muere de tétanos y la reemplaza por una réplica para mantener las apariencias.
Experto cazador de androides renegados que escapan de las colonias de Marte, donde son esclavizados, su última misión es “retirar” a un grupo de ejemplares de última generación, casi idénticos a las personas.
A lo largo de la historia, enfrenta a varios androides a los que debe eliminar, pero encuentra que cada uno de ellos tiene su propia personalidad y sus deseos, haciendo difícil distinguirlos de cualquier ser humano. De manera que, al hacer su trabajo, enfrenta una crisis moral y existencial, cuestionando y cuestionándose la naturaleza del ser humano y la empatía hacia el otro, aunque ese otro sea un organismo artificial.
Ambientada en un mundo posapocalítico que, sin embargo, ha logrado reorganizarse bajo nuevos principios, la cuestión central de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es repensar lo que significa la humanidad. Philip K. Dick, quien ya había publicado clásicos del género como la ucronía El hombre en el castillo, reflexiona también acerca de la dependencia de la tecnología, la deshumanización, la ética y la búsqueda de autenticidad.
EL CUENTO DE LA CRIADA
de Margaret Atwood (1985)

Bajo el pretexto del terrorismo islámico, políticos puritanos se hacen con el poder en los Estados Unidos, instaurando un gobierno teocrático que, como primeras medidas, suprimen la libertad de prensa y los derechos femeninos. Las mujeres son reducidas a roles específicos basados en su fertilidad: forzadas a convertirse en criadas para las élites, como esposas, trabajadoras domésticas u otras categorías subordinadas.
El cuento de la criada se desarrolla en la nueva República de Gilead (en alusión a la región mencionada en la Biblia hebrea), y sigue la historia de Defred, una de las muchas “criadas” cuya única función es procrear. Si se rebela o no es capaz de concebir, la muerte le espera en ejecución pública o el destierro en las Colonias, donde sucumbirá por la polución de los residuos tóxicos. Y el régimen lo controla todo de las mujeres, ejerciendo un poder omnímodo y despótico: su alimentación, su indumentaria y su actividad sexual.
Sin embargo, ni siquiera el gobierno más tiránico que se atribuya el mandato de un dios todopoderoso, puede dominar sus pensamientos ni sus deseos…
A través de los recuerdos y experiencias de la protagonista, Margaret Atwood aborda temas como el control del cuerpo femenino, la pérdida de identidad, los peligros del autoritarismo y la religión y la lucha por la autonomía y la dignidad.
NUNCA ME ABANDONES
de Kazuo Ishiguro (2005)

Kazuo Ishiguro presenta en Nunca me abandones una historia que le sirve para reflexionar sobre la identidad, la ética y la amistad en un contexto distópico.
Publicada en 2005, la novela sigue a Kathy H., quien recuerda su tiempo en un internado en el campo de Inglaterra, donde junto a otros niños transcurre una vida aparentemente idílica.
Pero tanto ella como sus amigos Tommy y Ruth, descubren la verdad detrás de sus plácidas existencias: son clones creados para donar en el futuro sus órganos a seres humanos enfermos. Los “alumnos” —como se los llama eufemísticamente— reciben esmerada educación y cuidado, como cualquier otra persona, aprendiendo a apreciar disciplinas como el arte y la literatura.
Sin embargo, están aislados de una sociedad insensibilizada, conocedora de los propósitos del internado y de los clones, y sus “guardianes” evitan hablar de lo que les espera. A medida que avanzan hacia el destino inevitable, los protagonistas enfrentan dilemas morales y emocionales que desafían su comprensión de lo que significa identidad.
La importancia de las relaciones humanas y la búsqueda de propósito en la vida, la apariencia de normalidad y la esperanza en medio de circunstancias desgarradoras, son temas que aborda el multifacético escritor británico de origen japonés, que en 2017 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.